¡Quien no haya calculado nunca su Índice de Masa Corporal (IMC) que tire la primera báscula! Un 55 por ciento de las europeas se ha puesto a dieta alguna vez y, en consecuencia, se ha topado con este índice. De no ser así, seguro que la actualidad les ha puesto al día.
Los organizadores de la Pasarela Cibeles de Madrid prohibieron desfilar a cinco modelos con un IMC menor a 18. Tras la muerte de Ana Carolina Reston, top brasileńa con graves problemas de anorexia, las autoridades italianas y la Federación de la Moda adoptaron un código ético similar.
En París las modelos flacuchas no estarán en el paro como en Madrid y Milán. El Ministerio de Sanidad francés tan sólo promete la puesta en marcha de un grupo especializado en la imagen corporal. Uno de sus cometidos será incitar a los profesionales, publicistas y gurús de la moda a dejar de promover la delgadez extrema. Nosotras, a fuerza de oír hablar del IMC, deducimos que 15 equivale a una peligrosa desnutrición y 30 a obesidad. Pero no es tan sencillo. El nutricionista Arnaud Basdevant lamenta los errores que se cometen en su uso. ŤLos medios hablan largo y tendido sobre este índice, cuando ni siquiera se ha explicado cómo debe utilizarse y sus límitesť.
Una herramienta médica
El IMC no sólo sirve para catalogar a delgados o gordos, sino para cuantificar los riesgos de desarrollar ciertas enfermedades –diabetes de tipo 2, patologías cardíacas…–. Las mujeres con un IMC superior a 40 tienen una tasa de mortalidad mayor, en un 62 por ciento, a las que poseen uno de entre 18,5 y 25. Las delgadas tampoco están a salvo, uno muy bajo puede mostrar una desnutrición que, sumada a carencias vitamínicas, las hace vulnerables a infecciones y a una osteoporosis. Según un estudio reciente, las mujeres con menos de 18,5 corren el riesgo de sufrir un aborto en los primeros meses de embarazo. Y en caso de delgadez extrema (menos de 16), pueden padecer trastornos de órganos vitales, así como retirárseles la menstruación. En consecuencia, y para luchar contra la obesidad, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha establecido unas normas: un adulto con un IMC inferior a 18,5 se considera extremadamente delgado; entre 25 y 29,9 tiene sobrepeso y por encima de 30 es obeso.
Se abre el debate
¿Es fiable el IMC? Algunos son contrarios a este criterio. Los umbrales del IMC crean categorías artificialesť, dice la psicóloga Estelle Masson. ŤUnos kilos bastan para pasar del peso normal al sobrepeso o a la delgadez extremať. Los expertos confirman que el IMC se adapta mejor a los estudios de poblaciones amplias, como por ejemplo para saber si los franceses y los chinos ganan peso. Aplicado a un único individuo, su utilidad es menor. Para empezar, ciertas personas no pertenecen a ninguna de las categorías fijadas por la OMS, como las mujeres embarazadas y las mayores de 65 ańos cuyas medidas oficiales no son válidas. Lo mismo sucede en caso de los atletas, cuyo IMC puede ser alto sin tener un atisbo de obesidad. Y es que no se tiene en cuenta ni la masa muscular ni la ósea, por lo que el resultado puede llegar a ser engańoso. ŤEs un ideal estadístico pero cada individuo es únicoť, comentan los doctores Gérard Apfeldorfer y Jean-Philippe Zermati. ŤPodemos situarnos en una amplia franja entre 15 y 30 sin que conlleve ninguna anomalíať. No obstante, para los médicos de familia el IMC es una referencia necesaria a la hora de prevenir patologías derivadas del peso. También resulta útil a los pacientes que nunca han recibido información alguna sobre la obesidad, especialmente en los ambientes más desfavorecidos. El cálculo del IMC puede abrir el diálogo o justificar un programa terapéutico… Así como tranquilizar a las jóvenes que aun siendo delgadas Ąse empeńan en perder peso a toda costa!
CALCULA TU IMC
Tomemos el ejemplo de una mujer de 62 kg que mide 1,63 m. Su IMC = 62/(1,63 x 1,63), o sea 62/2,65 = 23,39. El resultado es normal por que se sitúa entre 18,5 y 25.
IMC=PESO/ALTURA2
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